18 may 2015

El triunfo de un estilo


Sorprende ver la facilidad con la que cambian las cosas y la velocidad a la que lo hacen. Muchas veces en un visto y no visto, hoy estás arriba y mañana abajo, nada mejor para representar este vaivén de acontecimientos que el mundo del deporte, generador infinito de emociones para bien o para mal. Y este pasado fin de semana hemos visto un claro ejemplo de como algo puede tener un final bien distinto del que muchos auguraban apenas un par de meses atrás. 

Comenzaba el Real Madrid la temporada con el mazazo de haber perdido por segundo año consecutivo la final de Euroliga y en ambas ocasiones de manera inesperada por como llegaba a ellas, con un juego vistoso y vibrante, convirtiendo cada partido en un espectáculo digno de ser visto y alabado. 
Muchas dudas alrededor de la plantilla: la marcha de Mirotic, con la consiguiente búsqueda de un recambio de nivel, así como de otros jugadores y los recambios parecían no convencer del todo ni a la afición ni a los periodistas "especializados". Aunque si alguien estaba cuestionado por casi todos, fueran del ámbito que fueran, era el entrenador Pablo Laso, el que para muchos había sido el principal culpable de las derrotas cosechadas. Se pedía su destitución en el inicio de temporada, un cambio de juego más efectivo, en definitiva un entrenador con más recursos técnicos y tácticos, así como alguien con más experiencia en empresas difíciles y todos sabemos que el Madrid lo es. 
El equipo comenzó enchufado el año, desplegando el mismo juego y divertimento y eso acalló por un tiempo esas voces críticas, sin embargo el equipo entró en una mala racha en diciembre con varias derrotas consecutivas en liga y Europa, incluida una frente al eterno rival: FC Barcelona, en el momento en el que empieza justo lo "gordo" de la temporada con la Copa del Rey a la vuelta de la esquina y lo más duro de Euroliga. Ahí aparecieron de nuevo esas voces con más fuerza que nunca y traían refuerzos. Una presión sobre el equipo tan asfixiante, tan elevada como injusta. Injusta porque ese grupo bien se había ganado la confianza y el derecho a fallar o a tener un bajón, pero ya sabemos que la piedad en el deporte es casi inexistente y que aficionados y periodistas somos los mayores tiranos. El deporte es tirano y cruel y su memoria corta y deteriorada. Pintaba fea la temporada si no echaban a Laso y a la mitad de la plantilla...decían. 
Un entrenador que nos recogió del desierto más profundo y nos enseñó el oasis en multitud de ocasiones. Copas del rey, supercopas, ligas, dos final fours seguidas y aún así no nos valía. Y este año lo ha vuelto a hacer, con toda la presión que se estaba formando nos dio la Copa del rey, barriendo en la final al Barcelona, primeros de grupo en las dos fases de Euroliga y líderes en ACB con dos jornadas por jugarse, pero si no ganaba la Final Four y jugando en casa todos estos logros, los de años anteriores y los presentes quedarían en nada, los borraría el tiempo, injusto pero cierto.
Con todo esto se plantaba el viernes el equipo y el entrenador, con todos estos pensamientos y con los fantasmas del pasado. Pero algo cambió. La suerte, que hasta ahora había sido esquiva para esta generación, para esta plantilla y para Laso, especialmente para él. Un trabajo multiplicado por diez, una concentración perfecta y por fin se logró. En semis contra el Fenerbahce del temido Obradovic. Los turcos eran primerizos en estas guerras, pero dirigidos por un maestro de ellas. El madrid salió vencedor con una primera parte perfecta, con un vendaval de juego, con un Ayón callando bocas y con un Nocioni poderoso e irreductible. El Real Madrid se plantaba en la final con cierto poderío y con ganas de revancha, su rival Olympiacos, el equipo griego dirigido por el demonio Spanoulis, la revancha de la final de hacía dos años en Londres estaba servida, pero el Madrid jugaba en casa y venía con la lección aprendida.
Daba comienzo la final y partido trabado, estilo griego impuesto y algún fantasma aparecía, pero fueron espantados, porque esta vez el equipo demostró que había madurado y que si hacía falta ir a la pelea, bajar al barro y olvidarse de las florituras, pues lo harían. Y ahí el Madrid salió vencedor, gracias a una racha épica de Carroll con once puntos seguidos en apenas 120 segundos, justo cuando más apretaba Olympiacos y ahí murió el partido. El madrid se afianzó y controló el partido de la mano de un Nocioni peleón, todo carácter el argentino. La copa estaba cerca. Esta vez no se escapaba.
Y con el pitido final todas las emociones desatadas. Sabían que se habían quitado un peso de encima enorme, una presión excesiva y que ahora sí serían recordados. Era la guinda del pastel. Y en casa, rodeado de los suyos, familias y amigos, aficionados, en su ciudad. La recompensa al trabajo de años, el reconocimiento a un estilo de juego que volvía a enganchar, que divertía a la gente y la confirmación de que ese modo de jugar y de divertirse en la cancha puede ser efectivo. El dios del baloncesto se lo debía. Se lo debía a esa barba mágica que nos alucina con cada movimiento en pista, a ese Llull que es todo energía y fuerza, a esos tiros imposibles y esos vuelos de Rudy, al buen rollo y a la intensidad de Slaughter, a esa máquina de anotar que es Carroll, se lo debía a nuestro capitán, Felipe no se podía ir sin esta victoria, se lo debía a ese "viejo" llamado Nocioni que prometió cuando llegó que venía para ganar y vaya si ha cumplido con MVP incluido y se lo debía al resto de jugadores que no habían aparecido demasiado, pero que acudieron fieles a la cita más importante del año: K.C. Rivers y Maciulis, una final increíble ambos. Y por último se lo debía al artífice de todo esto, al que implantó el estilo y lo defendió de todos y contra todos con ferocidad, como un padre defendiendo a su hijo, Laso es el claro ejemplo de trabajo, de convencimiento en lo que hace y de paciencia, mucha paciencia. 
Y al final después de tantas vueltas y cuando parecía el peor año, todo cambió. La mejor temporada en años cuando nadie la esperaba. El triunfo más deseado. 20 años después el Madrid vuelve a reinar en Europa. Y que dure.



2 abr 2015

Y de repente... Curry


El tiempo pasa para todos, con la sensación de mayor o menor rapidez dependiendo de la persona o del estado de ánimo y el mundo del deporte no vive ajeno a ese suceso, a esa circunstancia. Se encumbran y sobre todo se trituran ídolos o héroes a un ritmo frenético. En eso el mundo del deporte y todo lo que lo rodea (prensa, aficionados, fama...) es especialista, se fagocitan jugadores. Los aficionados, la prensa, necesitamos novedades, nos cansamos demasiado rápido de ver siempre lo mismo, las mismas caras, los mismos movimientos, pedimos con urgencia algo novedoso, un soplo de aire fresco que nos vuelva a iluminar la cara y que nos aleje del hastío que nos produce la monotonía. Y para eso necesitamos nuevos ídolos que sucedan al anterior, aunque la jubilación se les presuponga a algunos antes de lo debido y sin importarnos casi la opinión del protagonista. Una tremenda injusticia, pero funciona así. 

Entrando de lleno en el mundo NBA siempre ha habido un rey, un ego que superaba al de los demás, en algunas épocas afortunadas ha habido una pelea tremenda por ese trono ( Larry y Magic), en otras no tan productivas el tuerto era el rey y en otras uno dominaba con puño de hierro la liga y todos vivían resignados o no a la sombra de sus éxitos, en este caso nadie dominó tanto como Jordan y desde entonces se anda buscando un heredero. 
Muchos han saboreado el poder, pero pocos han conseguido mantenerlo más allá de algo puntual. Kobe lo tuvo y retuvo durante un tiempo, pero su carrera llega a su fin y se busca sucesor. No me olvido de Lebron que también parecía ser el elegido desde su llegada a la liga, sin pasar por la universidad, pero viéndolo con objetividad después de tantos años, 2 anillos no parecen un gran legado, aunque mantenga una gran influencia y le queden varios años en activo aún. 
Ahora aparece una nueva hornada de jugadores que han ido metiendo la patita, enseñando el hocico. Kevin Durant parecía ser junto a Derrick Rose el futuro más inmediato de la liga, sobre todo KD que mostraba cosas y un dominio de los partidos similar a los más grandes, sin embargo la poca evolución de su equipo y sus continuos problemas con las lesiones, no tan preocupantes como las de Rose, han hecho frenar su candidatura a rey de la liga y ha sembrado la duda y sobre todo decepción en muchos aficionados. Lo que decía de encumbrar y destruir, un mal año y enseguida pensamos en algún sustituto.
Ahora con el fin de la temporada regular a la vuelta de la esquina, se hace balance de lo visto tanto individual como colectivamente y ahí vemos en la cabeza de la liga a Golden State Warriors, con un juego eléctrico, frenético y una velocidad y efectividad impensable para muchos e irrealizable para casi todos. Y el líder de ese equipo, el representante de ese estilo de juego maravilloso, es un base pequeño de cuerpo endeble a simple vista y con cara de niño: Stephen Curry. Un chico muy alejado de los estereotipos que rodean a los deportistas, en especial de la mayoría de jugadores de la NBA. Sencillo, agradable, calmado, sin histrionismos, sin parafernalias a su alrededor, sin escándalos, centrado en su familia, su novia de toda la vida, sus padres (su padre Del Curry, ex- jugador de NBA) y que con su "normalidad", lo pongo entre comillas porque nada de lo que hace con un balón es normal, ha conseguido meterse en el bolsillo a toda la liga, organización, compañeros, rivales, aficionados, prensa... Pocas veces te encuentras con una personalidad pública y más aún en el deporte donde hay tantas filias y fobias, que provoque una unanimidad prácticamente total hacia su figura. Es un jugador que engancha, que está capacitado para atraer un volumen de gente espectacularmente alto para verle jugar, es el claro ejemplo de aire fresco, algo que nunca viene mal y más al mundo del baloncesto, que sabemos que no vamos sobrados de grandes figuras y que vivimos a la sombra de otros. Llegó a la liga procedente de una pequeña universidad "Davidson College", donde logró cosas impensables contra universidades muy potentes y con gran tradición como North Carolina, Kansas o Gonzaga. Elegido en el número 7 del draft por los propios Warriors, seguramente por su aparente fragilidad, algo que se confirmó en los primeros años, con continuas lesiones en ambos tobillos y que hacían pensar que frenarían su trayectoria, pero se sobrepuso, fortaleció sus maltrechas articulaciones y ha logrado mantener una continuidad que le ha catapultado a lo más alto, convirtiéndolo por derecho en una estrella. Se ha convertido en el jugador con más triples anotados en una temporada, superando a un mito como Ray Allen, en la mitad de tiempo que lo que tardó éste, solo 6 temporadas ha necesitado Curry.



Stephen Curry es un paradigma en sí mismo, una excepción dentro de la liga. Vemos que el baloncesto se ha convertido y sigue evolucionando hacia un deporte cada vez más físico con tantas ataduras tácticas, con tanto control por parte de los entrenadores, donde la libertad del jugador está quedando reducida a la mínima expresión y sin embargo, él nos demuestra que el talento puede con el físico y la táctica si lo entrenas y sabes como ponerlo en práctica. Es un jugador totalmente diferente al resto. Casi un milagro. Se divierte jugando y te lo hace saber, a la vez que provoca que disfrutes con él. No tengo duda en que a final de mes se convertirá en MVP de la Regular Season. Y será más que merecido, porque no todo se mide con estadísticas y números, también con sensaciones y con momentos de felicidad y de locura absoluta, momentos de dejarte boquiabierto y de pensar que lo que acabas de ver, aún después de 20 repeticiones no puede ser posible y en eso ahora mismo Stephen Curry no tiene rival. Es el número 1. El rey del Oracle Arena (su pabellón), el rey de Oakland, San Francisco,ahora sueña y desea ser el rey de la NBA.



16 feb 2015

No fue un All Star más


Las temporadas NBA se caracterizan por llevar los equipos un ritmo frenético de viajes, entrenamientos y partidos, sin embargo todos los años por estas fechas, la liga se toma un respiro y es lo que conocemos por el "All Star Weekend". Un fin de semana de relax para todos ellos, jugadores, entrenadores y árbitros que aprovechan para cargar pilas para el tramo final de temporada y para divertirse de diferentes maneras. 
Este año el evento se ha celebrado en un lugar especial, Nueva York, con la ayuda de Brooklyn. Un lugar mítico como el Madison Square Garden acogería el partido de las estrellas el domingo, mientras que el Barclays Center de Brooklyn sería el lugar para celebrar el partido del viernes y los concursos del sábado.

Este evento sirve también como promoción para la NBA de manera internacional y ponen toda la maquinaria publicitaria en funcionamiento. Las televisiones tienen un papel principal en esta tarea, miles de promos durante todo el fin de semana, así como la utilización de los propios jugadores en numerosos spots publicitarios, ya sea para la cadena en concreto o para la marca deportiva que les viste. Las redes sociales como no podía ser de otra manera, también tienen su función dentro de este engranaje de publicidad. Se prevee que el impacto económico en la ciudad al término del All Star será de unos 200 millones de dólares aproximadamente.
Pero no todo es show en éstos días, los jugadores aprovechan para reunirse y tomar decisiones dentro del sindicato de jugadores. En esta ocasión han tomado la decisión de nombrar a Lebron James vicepresidente de la asociación, la cual está presidida por Chris Paul. Pesos pesados siendo portavoces de toda la profesión de cara a futuras negociaciones con los dueños de las franquicias y el comisionado de la NBA, Adam Silver. Ya se van posicionando los jugadores y los dueños en puntos algo alejados, por lo que se puede vislumbrar tensas negociaciones en próximos veranos.

El show como cada año comienza el viernes con el partido de Rookies (jugadores de primer año) y sophomores (jugadores de segundo año), con la novedad este año de unir en un mismo equipo a ambos, pero separándolos por nacionalidades, así el partido sería un USA contra el Resto del Mundo. Todo esto con la idea de dotar al partido de algo más de interés para el aficionado y de "seriedad" para los jugadores que lo disputan tocándoles el sentido patriótico, sobre todo en el caso de los americanos. Sin embargo, el partido fue más de lo mismo, una pachanga con poco interés y cero intensidad, donde lo más destacado fue ver la actuación del ex- madridista Nikola Mirotic y que el MVP del partido fue para el rookie de Minnesota, Andrew Wiggins. El partido cayó del lado del Resto del Mundo. 
Y llegaba el sábado. El día de los concursos. La expectación creada alrededor del concurso de triples en concreto era altísima. Pero vayamos por partes. El primer concurso que tiene lugar es el "Shooting Star", éste consiste en hacer equipos de tres, compuestos por un ex jugador, un jugador y una jugadora en activo, y se reparten tres zonas de tiro, acabando el recorrido en el centro del campo, desde donde uno de ellos tiene que anotar para parar el crono. Por tercer año consecutivo los ganadores fueron el Team Bosh compuesto por: Chris Bosh, Swin Cash y Dominique Wilkins.
Una vez acabado, el siguiente concurso en celebrarse sería el "Skills Challenge". Consistía en enfrentar a los participantes de dos en dos, a través de un recorrido haciendo zig-zags, pase de pecho, bandeja y finalmente un tiro de tres. Eliminatorias directas y al final el vencedor fue un sorprendente Patrick Beverley. Ganador con más pena que gloria, pero ganador.
Y llegaba el plato fuerte de la noche. Cierto que el concurso de mates siempre ha sido lo más esperado históricamente en este evento, sin embargo la trayectoria de estos últimos años ha provocado el desinterés de los aficionados en ese concurso y el fijar los ojos y las esperanzas en el de triples, y éste año con más razón que nunca. Un reparto estelar. Los mejores tiradores del planeta. Todos y cada uno de ellos eran los deseados por la afición. Unos cañoneros que lo demuestran partido tras partido peleando por ser el rey de los demás.
De izqda a dcha: Klay Thompson, James Harden, Marco Bellinelli, Kyle Korver, J.J. Reddick, Wesley Matthews, Stephen Curry y Kyrie Irving.

Estaban todos, no faltaba nadie. El funcionamiento del concurso, sencillo. Cinco carros con seis balones en cada uno de ellos y el último de cada carro tricolor (valor doble). La novedad de este año, uno de los carros estaba compuesto íntegramente por balones tricolor y cada participante decidía en qué lugar ponerlo. Los tres que mayor puntuación obtienen, pasan a la ronda final. 
Una ronda preliminar bestial con 5 de ellos por encima de los 20 puntos. Quizás la decepción Kyle Korver, el que para muchos es el mejor triplista de la NBA y el principal favorito para hacerse con la corona de "Rey del triple" no logró una buena puntuación y no pasó a la final. Los finalistas: Kyrie Irving, ganador en 2013, y por otro lado los "Splash Brothers" (Stephen Curry y Klay Thompson). Para Curry era su cuarta participación y solo en una de ellas había logrado pasar a la ronda final, y vaya si la aprovechó. Abrió el fuego Irving, empeorando la marca de la ronda anterior y quedando descartado para ser el ganador. Tras él Curry, a la postre ganador claro del concurso. Una serie delirante. Al alcance de muy pocos en la historia. De hecho con su serie de 13 triples anotados de manera consecutiva lograba la segunda mejor marca de la historia en ese ámbito, por detrás solo de Craig Hodges que logró 19. Sus 27 puntos finales también son una marca histórica, pues es la segunda más alta de la historia, superada una vez más por el propio Craig Hodges. Su "hermano" Klay saldría tras él, pero poco pudo hacer ante la exhibición ofrecida minutos antes por Curry.





Y así llegábamos al final de la noche. El fin de fiesta como es habitual corría a cargo del "Sprite Slam Dunk". Pocas esperanzas, pero con la satisfacción de haber visto un concurso de triples histórico. Qué errado era nuestro pensamiento. Los participantes:


Ninguna estrella acudía al rescate de este concurso. Dos rookies (Antetokounmpo y Lavine) y dos sophomores (Plumlee y Oladipo). Las pocas ilusiones de ver algo potable en manos de Oladipo y Lavine. La incógnita era Antetokounmpo y el que sobraba Plumlee.
Éste último fue el encargado de dar el comienzo al concurso con un mate del montón. A continuación, el griego Antetokounmpo que apareció con la bandera de su país y con una pléyade de mujeres vestida de la manera tradicional griega, como si fuera el héroe de la película y se quedó en un simple actor de reparto y de los malos, ya que no pudo llevar a cabo su primer mate de la noche tras los tres intentos. Dejaba paso a Victor Oladipo que aparecía con sombrero y cantando el célebre "New York, New York" de Frank Sinatra. Primer intento fallido, que nos hacía imaginar que si lo conseguía sería un mate histórico y a la tercera fue la vencida. Un mate sencillamente espectacular y que quedaría en nuestra retina durante mucho tiempo. Algo nunca visto antes. Un mate de espaldas, a dos manos, aro pasado y previo a todo esto dando un giro de 540º en el aire. El pabellón en pie. Los jueces rendidos y puntuación máxima para él. Un 50 merecidísimo. Solo esta acción mejoraba años enteros anteriores. Ya había merecido la pena aguantar. Pero habría más, mucho más. 
Zach Lavine, compañero de Ricky Rubio en Minnesota, hacía acto de aparición en la pista. Mientras Ricky en twitter ya avisaba que su compañero tenía algo preparado brutal y que mejoraba lo visto de Oladipo en el mate anterior. Se despojaba de su camiseta de equipo y dejaba a nuestra vista la mítica camiseta que Michael Jordan llevaba en el film "Space Jam" y que a él le había inspirado y marcado para convertirse en jugador de baloncesto, de fondo la música de la película, obvio. Agarraba el balón y a la primera, sin avisar, sin dejarnos pistas, nos ofrecía un mate increíble. Balón al aire, lo agarra, se lo pasa entre las piernas, con una mano y la hunde aro pasado con la mano contraria. Visualmente perfecto. En cámara superlenta, más que perfecto. 50 para él también. Y Ricky vaticinaba en twitter que aún no habíamos visto nada... 
En el segundo mate de la primera ronda mismos resultados para los dos primeros. Tanto Plumlee como Antetokounmpo pidieron ayuda a sus respectivos hermanos y ambos nos ofrecían un mate sencillito y sin imaginación. Aparecía de nuevo Oladipo. El listón a estas alturas, quién nos lo iba a decir, por las nubes. Se acercaba con el balón a su ídolo de infancia, el gran Hakeem Olajuwon, para que se lo firmara. A su vez le pedía ayuda a su compañero de equipo Elfryd Payton. Balón a su compi, desde la esquina de la pista uno tras otro, se la deja golpeando en el canto del tablero y Oladipo la agarra haciendo un 360 en el aire y matándola contra el aro. Bonito, pero con lo visto previamente, insuficiente. Turno para Lavine. Ya con su camiseta de equipo y virtualmente clasificado para la ronda final, nos regalaba otro mate histórico. Si con el primero ya teníamos reminiscencias de Vince Carter, tras éste lo veíamos de cuerpo presente, pero con varios años menos. Un mate bestial que provocaba el delirio de los aficionados en el pabellón y seguro que de todos y cada uno de los que lo estaban viendo en sus casas. De nuevo balón al aire, lo agarra con la izquierda y se la pasa a su mano derecha por la espalda para terminar hundiéndola en el aro. Y a la primera de nuevo. Plasticidad, elegancia y perfección en estado puro. Si ya lo decía Ricky... Ya teníamos ganador independientemente de lo que pasara en la final. En la ronda final con las expectativas disparadas, el nivel fue inferior, pero claro cuando ves la excelencia en algo solo te conformas con eso.  Oladipo no tuvo acierto en sus intentos y tuvo que cambiar uno de ellos y Lavine nos regaló dos mates parecidos, uno con la ayuda de Wiggins y el último con la ayuda de Shabazz Muhammad, dos compañeros de equipo. Dos mates de nivel inferior, pero daba igual. Oladipo y sobre todo él, que terminaría ganando, habían conseguido renovar la ilusión de la gente con respecto a este concurso para varios años más. Una resurrección en toda regla. Y así acababa el sábado, ya solo quedaba el partido de los "mayores", el "All Star Game".




El partido del domingo también ha ido perdiendo interés y sobre todo competitividad año tras año. El foco de interés estaba puesto sin lugar a dudas en el duelo histórico de los Gasol. En ese salto inicial que llevarían a cabo y que sería un momento histórico para ellos y para el deporte español. Un hito que nunca podríamos haber imaginado que sucediera. El partido era lo de menos. Y así fue. 


Partido sin historia. El Oeste se volvió a llevar la victoria con un Westbrook estelar y que se alzaría con el MVP. Los 40 puntos anotados, sus credenciales. Varios récords logrados como nº de triples anotados e intentados, máxima anotación de un jugador en una primera parte o mayor puntuación combinada de la historia de los All-Star. Todo esto da fe de la poca tensión competitiva.
El próximo será fuera de Estados Unidos, en Toronto. Así se puso fin a la fiesta del baloncesto, se apagaron las luces, pero solo del Madison, porque ya se sabe que Nueva York es la ciudad que nunca duerme.






26 dic 2014

Kobe Bryant: una picadura de leyenda


Seguro que si os hablo de la Dendroaspis polylepsis muchos pensarían que estoy loco y que no tiene nada que ver con lo que hay en este blog, pero si os digo que también es conocida como la Mamba negra igual todo va encajando más, ¿verdad? La mamba negra es una serpiente africana considerada la segunda más peligrosa del planeta y es mortalmente venenosa, se le conoce con ese nombre debido a que el interior de su boca es negro, sin embargo parece que con su veneno se podrían salvar vidas. 
Con este apodo es como se le conoce en el mundo del baloncesto al protagonista de esta entrada.

Son ya varias semanas sin escribir nada. Se han sucedido cantidad de temas sobre los que hablar, pero siempre he tenido claro de qué y sobre todo de quién iba a tratar mi próximo texto. Un jugador de leyenda que ha marcado una época y lo sigue haciendo, que ha batido miles de récords y registros. Con varios anillos de campeón en su poder. Y ese jugador es: Kobe Bryant.
La carrera de Kobe en la NBA ha sufrido muchísimos altibajos tanto a nivel deportivo, ya sea de manera individual o colectiva, o a nivel personal. Ha sido muy querido y también muy odiado y aún a día de hoy los aficionados al baloncesto siguen viviendo en una permanente dicotomía amor/odio hacia su persona y su juego.
Para mi desgracia y a pesar de la enorme hemeroteca existente a día de hoy, no pude disfrutar como es debido del para muchos más grande jugador que haya pisado una cancha jamás: Michael Jordan. Ves recopilaciones de jugadas, resúmenes, lees y lees infinidad de cosas, anécdotas y actuaciones míticas. Pero el destino me tenía guardado el crecer viendo a Kobe y los que nos encontramos en esa dicotomía que mencionaba antes en el lado del amor no tenemos palabras suficientes de agradecimiento hacia todo lo que nos ha regalado durante tantos años.

Kobe Bryant nació en Filadelfia (Pensylvania) hace 36 años. Hijo de un jugador de baloncesto profesional, ya llevaba en la sangre el amor hacia el baloncesto. Su padre que fue jugador NBA, también tuvo su periplo europeo, concretamente en Italia, siendo Kobe un niño. Esto le permitió conocer otra cultura, otra forma de ver la vida y el baloncesto, así como acercase más a lo que sería su profesión y su medio de vida. Porque Kobe no concibe su vida sin el baloncesto. Sin esos entrenamientos, esas interminables sesiones de tiro o de gimnasio, no podría vivir sin esa adrenalina de jugar partido tras partido, sin apenas descanso, enfrentándose a adversarios ya conocidos o jóvenes que intentarán ocupar el hueco que el deje y que tan caro vende. La palabra rendirse y sus derivados o sinónimos no existen en su vocabulario. Lo demuestra año tras año, temporada tras temporada, canasta tras canasta.
Ignoro quién le apodó "Black Mamba", pero dio en el clavo con ese sobrenombre, no se cansa de picar y picar a sus enemigos y tras 19 temporadas en activo, quiere, desea, necesita seguir superando adversarios.

Seleccionado en el puesto 13 en la primera ronda del draft de 1996 por Charlotte Hornets, pasando directamente del instituto a la NBA, sin pisar la universidad, y esa misma noche de su elección fue mandado a la que aún hoy sigue siendo su casa: Los Ángeles. 
Parece ser que era un total desconocido para la gran mayoría de franquicias. Un joven más que se saltaba el paso más habitual de la universidad soñando triunfar de primeras en la NBA.
No se entiende demasiado ese desconocimiento hacia un jugador que lideró a su equipo de high school a la consecución de un campeonato estatal, que además batió el récord de anotación que hasta ese momento estaba en poder de un tal Wilt Chamberlain y que había destacado en el mítico Mc Donald´s All America Team. Cierto que el draft de ese año ha sido uno de los mejores de la historia y que había grandes jugadores con un gran nombre labrado en universidades importantes y que quizás daban más confianza y seguridad a los equipos. Nombre como Allen Iverson, campeón con Georgetown, Stephon Marbury, Steve Nash, Ray Allen...
Sin embargo, el por entonces general manager de la franquicia angelina, Jerry West, quedó totalmente prendado de ese joven escolta de 1,98 tras una sesión privada y lo mantuvieron casi en secreto para los demás. Por cierto la estatura es la primera, pero no la última coincidencia con su ídolo, o como ha declarado en los últimos días el propio Kobe: "su musa", Jordan. Otra coincidencia es el puesto que ocupan en la pista. Pero hay más.

En este post no quiero quiero aburrir con fríos datos estadísticos, con la cantidad de puntos anotados, sus porcentajes, sus récords, sus anillos... Kobe Bryant no es un jugador al que haya que describir a través de sus números. Es un jugador de sensaciones y se le tiene que juzgar en base a lo que te transmita cuando lo ves jugar y lo que te llega son cosas inimaginables, al alcance de algunos "elegidos", de jugadores con un don especial. 

Nunca te aburres viéndolo jugar, nunca has perdido el tiempo dure dos horas el partido o más, siempre que él está en cancha ha merecido la pena el desvelo a horas en las que lo que hace la mayor parte de la población es dormir, pero donde el aficionado de basket demuestra que es diferente. Años y años sacrificando horas de sueño con la expectativa de ver con qué nueva maravilla te puede deleitar. 
Y es que "Vino" como el mismo se apodó hace año y medio tras esa grave lesión, ha ido mejorando con la edad y cuando parece que su estrella se apaga, él vuelve a renacer cual ave fénix y demostrar que sigue ahí, que no se va a rendir y que no se le puede enterrar hasta que el lo diga.
Con la rotura del tendón de Aquiles que sufrió, una lesión tan extraña como grave y más a los 35 años, y que ha retirado a algún que otro jugador, si no recuerdo mal Isiah Thomas se retiró y con menor edad, muchos daban por acabada su carrera, incluso los que lo seguimos como si fuera un dios y nosotros sus apóstoles, temimos por esa posibilidad. Un pedacito de nuestro corazón se rompió al verle retirarse roto de dolor tras esos tiros libres en aquel fatídico día frente a Golden State Warriors. Sin embargo, tras el partido y antes las preguntas de los periodistas sobre esa posibilidad de retirada el contestaba: "Ya puedo imaginarme todo lo que se dirá en los medios. Me está molestando sólo en  pensarlo. Los siguientes pasos serán resonancia, cirugía y luego la recuperación"
Y sobre si serían sus últimos minutos en una cancha: "¿Estás bromeando?".

Toda una vida vistiendo el oro y púrpura, dando muestra de una lealtad poco convencional en la NBA y en el mundo del deporte en general. Aunque no siempre tuvo tan claro el continuar en la franquicia californiana y en dos ocasiones estuvo a punto de dar el paso de cambiar de aires. La primera vez fue en ese equipo que dominó la liga ganando tres anillos consecutivos, otra coincidencia con Jordan, donde hubo una lucha de poder entre él y el otro gran pilar del equipo, Shaquille O´Neal, donde ambos peleaban por el liderazgo dentro del vestuario. Tras la consecución del tercero, Phil Jackson, el cual era el entrenador tuvo que escoger entre ambos y eligió a Kobe.
La segunda vez que estuvo a punto de irse fue justo el año que llegó Pau Gasol, con Phil en el banquillo. Tras varias temporadas en las que los angelinos no aspiraban a nada, Bryant exigió que se reforzara la plantilla para poder volver a aspirar al anillo o que tendría que marcharse. La llegada del español, junto a Odom, y la explosión de Bynum hicieron que compitieran, jugando varias finales y ganando dos anillos más de forma consecutiva. Por cierto el ser entrenado por Phil es la enésima similitud con Michael.

Su personalidad tiene un carácter de ambición infinito y eso no ha sido aceptado por algunos de sus compañeros, los cuales no aceptaban su método de trabajo. Kobe no concibe el baloncesto de otra forma que no sea darlo de todo en todo momento y el que no esté dispuesto a eso no tiene sitio a su lado. Bryant es un competidor voraz, un depredador de partidos y de récords. Una voracidad que parece no tener fin, que le lleva a superar cosas que parecían una quimera, ya sean lesiones o registros. El último, o más bien su penúltimo gran logro, superar a su "musa" en la lista de máximos anotadores en la historia de la NBA, colocándose tercero y solo superado por Karl Malone y Kareem Abdul-Jabbar. Ambos registros parecen muy lejanos, sobre todo el de éste último, pero ¿quién puede asegurar que no lo pueda conseguir? El tiempo, su forma física y sobre todo su apetito nos sacarán de dudas, mientras tanto disfrutemos todo el tiempo que sea posible de su presencia en las canchas.
Como bien reza "Kid Ink" en una de sus letras: " More than a man, more than a king, more like God".










6 oct 2014

Las chicas son guerreras


A mediados de los años 70 en España, un grupo llamado Coz lanzaba una canción llamada "Las chicas son guerreras", con la cual conseguirían cierta fama en la época y quedó para la posteridad. Apuesto a que todos la hemos escuchado alguna vez, sin saber de dónde procedía esa canción y quién la había compuesto. Si bien es cierto que la letra de la canción va dirigida a otro ámbito de la vida femenina, el título de la misma encaja a la perfección con ese grupo de mujeres que han mostrado una actitud ejemplar, compromiso, lucha, compañerismo e infinidad de acciones más  que debieran servir como ejemplo para la sociedad, sea cual sea la edad o el género, aficionado o no al deporte, al baloncesto en este caso. 

Por si alguien anda aún perdido, todos estos halagos van dirigidos a las chicas de la selección femenina de baloncesto por su actuación en el Mundial de Turquía que terminó el pasado domingo, chicas que han logrado un hito histórico, hito del que deben estar muy orgullosas, más del que sentimos los aficionados al deporte en general y al baloncesto en particular. Deben estar pletóricas, henchidas de orgullo por alcanzar un logro al que nunca se había podido llegar y que ahora tras años y años de esfuerzo y con un grupo espectacular se ha logrado. Una final de un Mundial, algo impensable hace años, sobre todo teniendo en cuenta pasados torneos donde no se logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres, pero a veces el esfuerzo, el tesón y el trabajo bien hecho dan sus frutos, y éste es uno de esos casos. Ahora la selección femenina tras años viviendo a la sombra de los éxitos de sus homónimos masculinos, sale a la luz, se dan a conocer, infunden orgullo en aficionados, periodistas o deportistas de todo tipo.

Es cierto que no se pudo en la final contra la selección americana, que al igual que la masculina son inalcanzables, cuentan con jugadoras espectaculares y de otro planeta como Maya Moore, una auténtica devoradora de récords, de medallas y de torneos, la mejor jugadora del planeta sin duda o Diana Taurasi, jugadora que cuenta con una trayectoria y una experiencia al alcance de pocas, o la jovencísima Brittney Griner, con un futuro prometedor y número 1 del draft de 2013. 


Aún así se peleó hasta el final, nunca bajaron los brazos y así es como, aún perdiendo, se da ejemplo. Así debe ser. No importa la derrota si te quedas con la satisfacción de haber hecho lo correcto y de haber dado todo y más, y ellas así lo hicieron. Ahora España, ellas, están al frente del resto de equipos "mortales", lideran la "otra" competición. Actuales campeonas de Europa y subcampeonas del mundo. 
Quitémonos el sombrero ante todas y cada una de ellas: la mítica Laia Palau, Marta Xárgay, Silvia Domínguez, Leticia Romero, Alba Torrens, líder y estrella, Leonor Rodríguez, Nuria Martínez, Anna Cruz, Laura Nicholls, Sancho Lyttle, Laura Gil y la veterana junta a Laia, Lucila Pascua. 
Un grupo entrenado de manera magistral por Lucas Mondelo desde hace años y que ha conseguido poner a la selección en la cima.

Celebrando una plata que sabe a oro.
Con el éxito obtenido se garantizan el salir en prensa, radio y televisión, se dan a conocer a personas que habiéndose dado otro resultado, jamás habrían prestado la menor atención. Ahora en cambio, aunque de manera efímera y por un corto espacio de tiempo son las protagonistas de la película. Está mal, pero es lo que hay. Interesas en función de lo que logres y cómo lo logres. 
De todos los torneos que iban a tener lugar este verano a nivel de selecciones, el último en importancia y en difusión era el de las chicas. Mundial de Fútbol y Mundobasket masculino estaban por delante en importancia para cadenas y afición y también por delante en cuanto a ilusión y expectación generada. Al final, las que han cumplido con su objetivo han sido ellas y dejan retratados a los chicos de ambas selecciones. Por si alguien lo viene dudando aún, teniendo en cuenta los resultados deportivos de este país en los últimos años, creo que queda claro que ellas son el sexo fuerte.
Una vez más quitémonos el sombrero ante ellas.




  

3 oct 2014

La teoría del caos



Cuando acabó la temporada pasada en el seno del Real Madrid de baloncesto, el vestuario blanco parecía sumirse en la teoría del caos, una pequeña variación en un sistema que provoca consecuencias futuras imposibles de determinar a largo plazo. Tomando como ejemplo el final del curso pasado y el transcurso del verano, tenemos más que pequeñas variaciones en un equipo que parecía estable y que tras un final inesperado e incluso decepcionante daba la sensación de que todo se derrumbaba cual castillo de naipes. 

Todo a partir de una final de Euroliga a la que se acudía como gran favorito tras derrotar en las semis con contundencia al eterno rival- FCBarcelona- y viendo como Maccabi, a priori el más flojo de los que acudían a esa Final Four, vencía en un final de infarto al todopoderoso CSKA. 
A partir de esa derrota contra los israelíes en la final, todo fue cuesta abajo y sin visos de que se fuera a parar la caída. Pablo Laso empezaba a estar discutido, aunque creo que siempre lo ha estado, sin embargo ahora las críticas florecían y venían dirigidas de cualquier ámbito, incluso se instaló la duda en muchos de sus otrora defensores de si era el entrenador adecuado para seguir dirigiendo al equipo en esta nueva temporada, más si cabe tras la derrota en la final de la liga ACB a manos del Barcelona. 
A todo esto se sumaban los incesantes rumores acerca del futuro de algunos de los integrantes de la plantilla, sobre todo qué pasaría con uno de los baluartes del equipo, Nikola Mirotic, que parece ser acabó enemistado con el entrenador tras un encontronazo días después de la derrota en Euroliga. Nadie sabía si se iba a la NBA, de la que le llegaban cantos de sirena de manera continua, día si, día también, o si aguantaría un año más en la capital de España. Todo hace indicar que el enquistamiento en la relación jugador-entrenador le hizo decantarse por Chicago. 
Sumemos el pensamiento de parte de la afición que había jugadores, a los cuales no le veían nivel para continuar en la disciplina del club. Jugadores que un mes antes no eran discutidos y pasaron a estar "en cuarentena".
Acababa así una temporada que parecía iba a ser una balsa de aceite y terminó siendo una pesadilla para todos.
Jugadores tras la derrota ante el Maccabi.

Se presentaba un verano movidito en las oficinas del club. Se rumoreaba con el despido de Laso, un Laso que había sido renovado en esa misma temporada y empezaban a salir nombres de su reemplazo, muy fuerte sonó Fotis Katsikaris, entrenador de la selección helena. El despido parecía que empezaba a ganar puntos y cogía forma cuando se conocía la noticia que el club no le renovaba el contrato a ninguno de sus dos ayudantes. Todo hacía indicar que con esta maniobra se pretendía forzar una salida del actual entrenador. El club sin tener en cuenta su opinión le ficha a dos nuevos ayudantes, de prestigio hay que decir, Chus Mateo y Zan Tabak.
En cuanto a la plantilla aparte de la ya conocida salida de Mirotic, seguían el mismo camino Dontaye Draper, Dani Díez y una salida sorprendente y que se produjo de manera inesperada, Tremmel Darden, el cual ante el poco interés por el Madrid para renovarle, deshechó la oferta blanca y tomó rumbo al Pireo, Olympiacos para ser exactos.
Eso en cuanto a salidas. En las incorporaciones se anunciaba al "Chapu" Nocioni para suplir a Nikola, un hombre con experiencia y con mucho carácter. Tras él vendrían K.C. Rivers, tirador consumado, Jonas Maciulis, hombre experimentado y con nivel defensivo y Facundo Campazzo, una gran promesa del baloncesto argentino que viene para coger los minutos dejados por Draper. Cabe destacar también la magnífica noticia de la renovación de Rudy Fernández, con solo un año de contrato. 
Después de todo lo pasado y aunque el club se tomó su tiempo en ir anunciando los fichajes, demasiado tiempo en ocasiones, máxime con el final de temporada tan decepcionante vivido y con la impaciencia que se empezaba a manifestar en los aficionados, daba la sensación que los refuerzos no eran tan malos y que se quedaba una plantilla preparada para luchar por todo, aunque quizás un peldaño por debajo del Barcelona, el cual ha hecho un desembolso tremendo en el periodo estival para reforzarse y volver a ser el número 1 en todas las competiciones. Sin embargo, el Real Madrid entendió el mensaje lanzado por los blaugranas y a última hora se hacían con los servicios del pívot mexicano Gustavo Ayón, cuyos derechos en Europa eran propiedad del Barcelona. Al final el jugador quedó libre y el conjunto blanco lo incorporaba a su plantilla. Con este fichaje los blancos equilibran las fuerzas con su mayor rival y vuelven a aspirar a todo con las mayores garantías.

Volviendo al inicio y esa teoría del caos. El Real Madrid se presentaba en la Supercopa a una semana del inicio liguero, con todo en su contra. Con cuchillos afilados esperando un nuevo tropiezo, el cual haría encender la mecha de la crítica, del pesimismo, de ese halo de autodestrucción tan característico del conjunto blanco y que está instalado de por vida. Un torneo trampa, con una pretemporada cortísima y con pocos entrenamientos con la plantilla al completo a causa del Mundial. Un torneo con una importancia menor cuando se gana, pero de una importancia mayúscula cuando se fracasa. Y con todo eso a cuesta el equipo se sobrepuso, Pablo Laso el primero, y conseguían ganar con sufrimiento en la semifinal al Valencia Basket y con solvencia a un Barcelona que partía como favorito, en la final, con un juego vistoso y con un gran acierto, deleitando a los aficionados blancos y haciendo olvidar en parte el pasado tan reciente. 

Celebración victoria Supercopa frente al Barcelona.

Más allá de la victoria, que tiene la importancia que tiene y que no deja de ser un torneo de verano y el menos importante de la temporada, lo que hay que sacar en claro es que parece que todo ha vuelto a su cauce y que se competirá por todo. 
Lo dicho solo el Madrid parece capaz de pasar de un estado catastrófico a un estado de tranquilidad y/o felicidad en un plazo mínimo. 
De la teoría del caos al éxito.

Fuente: periodistadigital.com












21 sept 2014

Puro talento balcánico


Cuando piensas en una cuna baloncestística a nivel de Europa, enseguida te viene a la mente los Balcanes. Una fábrica inagotable de talentos. Recuerdas a esa Yugoslavia inaccesible para el resto de equipos europeos y a la que solo Estados Unidos era capaz de plantar cara. Hoy día ese conjunto no existe y cada país que lo englobaba compite de manera independiente, lo que no significa que hayan dejado de producir jugadores con la misma facilidad, aunque obviamente no con la misma fortaleza. De allí salieron estrellas como: Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Vlade Divac, Dejan Bodiroga...
Pero me quiero parar en uno que aún no he mencionado y que en los últimos días es noticia, porque Sacramento Kings va a retirar su dorsal. El gran Peja Stojakovic o como se también se le conoce: "American Graffiti". Talentazo salido de los Balcanes. Uno de esos jugadores a los que en décimas de segundo se le ve que tiene un aura especial cuando pisa la cancha y tiene el balón en sus manos. Un jugador con una confianza y un carácter tremendo, capaz de anotar una y otra vez desde cualquier sitio de la pista, con una mano maravillosa, una mecánica de tiro perfecta, una visión de juego al alcance de pocos jugando desde su posición y si a todas estas cualidades técnicas le sumamos el fuerte carácter competitivo balcánico, pues tienes la receta para un jugador extraordinario.

SUS INICIOS

Comenzó su andadura profesional a muy temprana edad, no podía ser de otra forma con un talento como el suyo. Con catorce años ya competía a nivel senior y un año después se proclama campeón de la Liga de Yugoslavia con el Estrella Roja de Belgrado y venciendo en la final al Partizán de Belgrado, casi nada. Con dieciséis se muda a Grecia para jugar con el PAOK Salónica, otra muestra más de su carácter y de su fortaleza mental. En el equipo griego permanece cinco temporadas, una de las causas por las cuales obtiene el pasaporte griego. 
A mitad de su periplo por tierras helenas, la NBA pone sus ojos en el joven alero de 2,08 y Sacramento lo escoge en 1996 en el puesto catorce de la primera ronda del draft.
Sin embargo, decide continuar dos años más en Grecia antes de dar el salto a la mejor liga del mundo. Su último año en Europa es proclamado MVP de la liga y con ese reconocimiento, ahora si, decide enrolarse en las filas de la franquicia californiana.

TRAYECTORIA NBA

En Sacramento 'Peja' se encuentra un equipo con aspiraciones a todo, anillo incluido, entrenado por Rick Adelman, un clásico con gran experiencia y un conocimiento extenso de la liga y con una idea y un planteamiento de juego rápido y vistoso y ahí el serbio podía encajar a la perfección. Como curiosidad este Adelman es el mismo que llevó a Ricky Rubio a Minnesota y ha sido el encargado de dirigirlo estos años, con poco éxito y que al término de la pasada temporada anunció su retirada de los banquillos.
Algo que seguro tranquilizó a Stojakovic a su llegada a los Kings fue la presencia de un compatriota suyo en el equipo, Vlade Divac. Como suele ocurrir con los rookies (jugadores de primer año) y más si son extranjeros, sus inicios en la liga pasó más tiempo sentado que jugando, promediando veintiuno y veintitrés minutos en sus dos primeras temporadas. En su tercer año da un salto cualitativo y cuantitativo, adquiere mayor importancia dentro del equipo y logra hacerse con la titularidad, a la vez que pasa a jugar 38 minutos por partido. Sus cualidades van mejorando en consonancia con la mejora del juego del equipo.
Se convierten en el equipo más vistoso de la liga, la llegada de Mike Bibby por Jason Williams, el cual era una estrella ya en la liga, junto a la renovación de la gran estrella del equipo Chris Webber, ponen al equipo en la lucha por lo máximo. Un quinteto de ensueño formado por Mike Bibby, Doug Christie, el propio Stojakovic, Webber y Divac, contando desde el banquillo con Bobby Jackson, que ilusionaba a los propios aficionados de Sacramento, pero también a los que vemos la liga desde lejos y que simplemente nos sentamos a disfrutar.
De izq. a dcha: Christie, Bibby, Peja, Webber y Divac.


A pesar del gran futuro que se le auguraba, no ocurrió lo esperado. A pesar de desarrollar uno de los juegos más bonitos a nivel de equipo de la historia de la liga durante cuatro temporadas, lo máximo a lo que llegaron fue una final de conferencia en la temporada 2000-01 y en la que cayeron en el séptimo partido frente a los Lakers de Kobe y Shaq. 
Y como siempre ocurre cuando pasan los años y no se logra lo esperado, todo se acaba deteriorando y se rompe definitivamente en la 2004-05. Vlade Divac se queda como agente libre y decide marcharse a Lakers, algo que enfada lógicamente a Stojakovic, el cual, además tenía una nula relación con Webber, a causa de la disputa por el liderazgo dentro de la plantilla. Stojakovic quería un rol más importante y se lo dejó claro a la franquicia, él o Webber. Al final el serbio pierde la batalla y desencadena su salida rumbo a Indiana. Se marcha de Sacramento sin el tan ansiado anillo, pero habiendo sido tres veces All-Star y campeón dos veces del concurso de triples y promediando 18,3 puntos en sus siete temporadas.
Tras un paso un tanto testimonial por Indiana, acaba contrato y decide firmar como agente libre por New Orleans Hornets, equipo en el cual se rodea de jóvenes talentos, Chris Paul o Tyson Chandler, y en el que se convierte en el mejor pagado de la plantilla. En esta franquicia recupera su mejor versión, pero ahí es donde empiezan sus problemas de lesiones en la espalda, lesión que a la postre le acabará retirando.
Tras otro paso fugaz, esta vez por Toronto y donde solo disputa dos partidos en todo el año debido a las lesiones, acaba en Dallas firmando un año y cobrando el sueldo mínimo establecido en el convenio para jugadores de su edad, rechazando ofertas millonarias desde el viejo continente, en concreto desde Grecia, donde Olympiacos y Panathinaikos suspiraban por contar con los servicios del serbio. Cabe destacar que 'Peja' ha ganado cerca de 98 millones de dólares a lo largo de su carrera en la NBA.

Y EL SUEÑO SE CUMPLIÓ

Y allí, en Dallas, el destino tenía guardada una sorpresa, un regalo con el que seguro aún soñaba, pero con el que ya no contaba. Algo que un jugador de tanta calidad y tan especial como él merecía. Cuando al principio decía que tenía algo especial, lo decía por cosas como ésta, en su última temporada como profesional, con su último cartucho, con problemas serios de lesiones que le acercaban más a la retirada que a continuar jugando, con un papel secundario en el equipo, sin hacer ruido, cobrando lo mínimo y logra su sueño, cuando menos lo esperaba se convierte en campeón de la NBA.
Destacadísima su actuación frente a Lakers en semifinales de Conferencia, anotando 21 puntos, seis triples incluidos sin fallo y con un 100% desde la línea de tiros libres. 


Ahí en ese momento en el que se convierte en campeón, dando sus últimos coletazos como profesional, pasó de gran jugador a leyenda, a futuro Hall of Fame, a poner su nombre entre los más grandes de la liga.
Deja tras de sí grandes logros en la liga. Único extranjero en ser el segundo máximo anotador en temporada regular, el mejor extranjero en % de tiros libres (89,5) y el segundo en % de triples (40,1) solo superado por otra leyenda, Drazen Petrovic. Y como colofón ese anillo con Dallas en 2011.

Por todo esto y más cosas que se me pueden haber pasado, Sacramento Kings, la que fuera su casa tanto tiempo, le concede el honor de retirar su camiseta con su número 16, camiseta que ondeará en lo alto del pabellón y que lo pone en el lugar que le corresponde. Un jugador de leyenda rodeado de otras leyendas. Un jugador para la historia.




Fuentes: basketball-reference.com, basquetplus.com, eldeportedesdemadrid.com